domingo, 16 de marzo de 2025

55 años de historia y un nuevo rumbo: la visión de Marisa Vega para la ARPR

La colega Marisa Vega, APR, con una larga trayectoria como profesional de las relaciones públicas, asumió la presidencia de la Asociación de Relacionistas de Puerto Rico en octubre de 2024. Nos acercamos a ella para conocer qué le motivó aceptar este reto, cuáles son sus prioridades al frente de la organización y cómo ve el estado actual de las relaciones públicas en Puerto Rico. Compartimos aquí sus ideas y pensamientos. 

¿Qué te motivó a postularte para la presidencia de la Asociación de Relacionistas de Puerto Rico?

Todo tiene su momento y mi momento era este. Llevo más de 20 años en la ARPR, siempre activa en algún comité o en la Junta, pero nunca estuve vislumbrando la presidencia. Siempre pensaba que todavía no est
aba preparada para asumir esa gran responsabilidad, pero varios compañeros me convencieron. Entendí que estamos en un momento neurálgico para nuestra profesión y que si no lo hacía ahora, siempre me quedaría con la duda de lo que pude haber hecho y no hice; así que aquí estamos.

¿Cuáles son tus principales metas y objetivos para tu periodo de mandato?

Nuestra asociación cumple 55 años -que se dicen fácil- y creo que es un momento perfecto para mirarla de manera crítica, clara y de frente como solemos hacer con nuestros clientes. En nuestra profesión, en la sociedad, en nuestro país y en el mundo están ocurriendo una gran cantidad de cambios y debemos darle esa mirada justa y necesaria para que siga siendo vigente en el tiempo y respondiendo a los retos que enfrentamos. Uno de mis mayores intereses es darle una nueva y profunda mirada al reglamento. Muchas cosas han cambiado y debemos atemperarlo a la realidad actual. Además, también quiero seguir conectando con la idea del bienestar y el balance entre nuestra profesión y nuestra vida. 

Deseo que, como organización, seamos vocales en las situaciones sociales, que le demos a las cosas la mirada estratégica de la comunicación, que falta mucho en las discusiones en este país. Demasiada propaganda y opiniones y poco análisis real de las cosas. Analizar, no manipular o hacer propaganda. Muchas agendas y poca mirada crítica a los efectos de lo que se dice o se hace. Las situaciones deben evaluarse también desde la perspectiva del proceso de la comunicación y las relaciones públicas, midiendo así sus efectos en la opinión pública. 

¿Cómo ves la evolución de la profesión de las relaciones públicas en Puerto Rico en los próximos años?

Las relaciones públicas van evolucionando a pasos agigantados. Van cambiando los modos y las maneras de comunicar. Algo que siempre debemos tener presente y entiendo que ahí está la mayor aportación a la evolución de la profesión, es el aspecto estratégico y de planificación de la comunicación estableciendo lazos entre las organizaciones y sus públicos. Ver el cuadro completo, el macro. Ahora tenemos muchos escenarios y muchas veces se ve cada escenario fragmentado, pero hay que verlos dentro de un todo; hay que dar una mirada global a las cosas y considerando lo actual y lo que pudiese pasar. Ahí estará la fortaleza de nuestra profesión, en el elemento estratégico de la comunicación y la planificación.

¿Cuáles son los principales retos que enfrenta la industria de las relaciones públicas en la isla?

Todavía muchos la ven como la que se usa ‘para salir de un problema’. Piensan en las relaciones públicas sólo cuando tienen una crisis. Las relaciones públicas es muchísimo más. No se nos ve como el asesor en comunicación que debe estar en todo momento para dirigir la comunicación estratégica de la empresa. Y en muchas ocasiones nosotros somos los responsables de esto. Somos los responsables de la reputación de las empresas. Algunos han hecho de las relaciones públicas un método, algo estándar, algo táctico. No discuten objetivos y estrategias y ya están señalando tácticas. La fortaleza de las relaciones públicas es el pensamiento estratégico de la comunicación. Muchos se enfocan en dominar la tecnología, lo ven como un fin; sin embargo, lo más importante es el racional detrás del uso de ese medio. Se han comenzado a mirar las cosas a corto plazo, a enfocarse en lo presente, en el micro y no en el macro. Ahí es que estriba nuestra fortaleza como estrategas de la comunicación, en ver el todo, el macro y asesorar no sólo pensando en ahora, sino a futuro. 

¿Qué estrategias crees que se pueden implementar para abordar estos retos y fortalecer la profesión?

Varias. Primero, seguir inculcando en nosotros el elemento del bienestar en nuestras vidas, tanto profesional como personal. Para poder enfrentar todos los retos que tenemos en nuestra profesión debemos tener un buen balance de mente, cuerpo y espíritu. Muchos pensarán que estoy medio ‘tostá’, pero he aprendido que no podemos dar lo que no tenemos. Debemos estar bien nosotros para poder ayudar o trabajar con los demás. Es cuestión de prioridades. Nosotros primero en balance y luego todo lo demás. Esto nos lleva a que entendamos cuán importante es nuestra profesión y cuán beneficiosa es para las empresas, el bien común y la sociedad. 

Es importante trabajar con nuestra autoestima como profesionales de la comunicación. Tenemos que creernos lo que realmente somos -yo tengo muy claro el impacto de nuestra profesión y cuán importante es el trabajo del relacionista-. Y voy a poner un claro ejemplo ocurrido recientemente. Cuando Benito alborotó este país con el lanzamiento de DTMF, muchos alababan lo que se hacía, pero mencionaban otras disciplinas de comunicación, ¡hasta los mismos relacionistas!, cuando había muchísimas estrategias de relaciones públicas y nadie lo mencionó. ¿No somos nosotros capaces de reconocer lo que es relaciones públicas?, ¿no podemos pensar que un trabajo bien hecho sea de relaciones públicas? ¿Que sólo se mencionan las relaciones públicas cuando se habla de propaganda, manipulación o ‘limpiar caras e imágenes? Eso es lo que vemos, leemos y escuchamos; pero en este caso nadie comentó sobre todas las estrategias de comunicación y relaciones públicas utilizadas. Hubo un mix, y las relaciones públicas estuvieron allí.

Otra cosa es seguir fomentando la educación continuada. Debemos estar todo el tiempo actualizándonos, leyendo, buscando, comparando, analizando. Es nuestra responsabilidad como profesionales de la comunicación conocer diferentes puntos de vista, maneras de pensar, ver el espectro completo, estar en constante estudio. El estar en el salón de clases me da esa posibilidad de manera ininterrumpida porque tengo que estar un paso al frente. El mundo está en constante evolución y tenemos que estar al día, conocer, saber lo que pasa en el mundo y pensar creativamente en las cosas. Es imperativo seguir aprendiendo.

También debemos salir de la zona de confort, ser más vocales en las situaciones del país, educar sobre nuestra profesión para que realmente se entienda cuán importante es para los diferentes sectores de la sociedad. Debemos tener mayor presencia en todo; que se conozca y reconozca la valía del trabajo de relaciones públicas, del de verdad, no de personas que ‘hacen’ relaciones públicas pero no tienen ni idea de lo que es y sólo hacen propaganda o no responden efectivamente a lo que les ocurre a sus clientes. Esos son los que le han creado una mala fama a la profesión. No hacen relaciones públicas, pero los clasifican relacionistas públicos.

En los últimos años hemos visto la descolegiación compulsoria de los médicos,  trabajadores sociales, qúmicos, barberos y  peritos electricistas, entre otros grupos. Varios grupos abogan porque se amplíe esta tendencia. ¿Cuál es la posición de la ARPR ante la posible eliminación de la licencia de relacionistas.

Actualmente hay un proyecto de ley presentado para ‘reformar’ las licencias ocupacionales de Puerto Rico donde se incluye la derogación de la ley que establece la Junta Reglamentadora y la licencia de relacionista en Puerto Rico. En estos momentos estamos estudiando los posibles escenarios y acciones a tomar. En el proyecto se argumenta que la licencia tiene un impacto restrictivo en el mercado, pero es que no están mirando la comunicación desde la perspectiva correcta. Y es que no por yo saber escribir, soy escritora; ni por saber hacer bizcochos, soy repostera. Las personas piensan que comunicar es fácil y que lo puede hacer cualquiera. Comunicar, no es cualquier cosa. El mal manejo de la comunicación puede llevar a destruir personas e instituciones. La comunicación debe ser responsable, clara, transparente, ética y muchas cosas más que algunos se las saltan en la barda. 

El desarrollo estratégico de la comunicación requiere una gran responsabilidad y compromiso y eso es parte de lo que queremos fomentar desde la Asociación de Relacionistas de Puerto Rico. Si deseas ser relacionista prepárate, estudia, toma cursos. La licencia no restringe. El problema es cuando te encuentras que hay personas en puestos de comunicación que no tienen ni la educación, ni el conocimiento, ni la experiencia. De eso es que se trata. De eliminarse, que esperemos que no, la ARPR tomaría la batuta para seguir preparando a los relacionistas con cursos y certificaciones especializadas de manera que se perciba la diferencia entre el que sí y el que no.

¿Qué papel juegan la ética y la transparencia  para la profesión?

Todo. Son la base de nuestra profesión, como también la credibilidad, la confianza y la reputación, entre otras. Como ya mencionara, la comunicación requiere una gran responsabilidad y compromiso. Muchos dicen que es mejor pedir perdón, que pedir permiso, sin darse cuenta que con ello violentan los principios básicos de lo que debe ser una comunicación transparente y ética. Estirar la goma a conveniencia, no es lo correcto. Debemos trabajar siempre por el bien común, persuadiendo, no manipulando.  Hay que hacer las cosas correctamente. Mi mamá siempre decía que las cosas se hacían bien o no se hacían. Debemos pensar en el impacto que pueda tener en otros el nosotros no hacer las cosas correctamente; podemos perjudicar o dañar personas y hasta asesinar su reputación. No hay derecho. Tenemos que ser responsables y éticos. No pare más.

¿Qué consejo le darías a los nuevos profesionales que están ingresando al campo de las relaciones públicas?

Como siempre le digo a mis estudiantes, deben estar preparados académicamente, estudiar, buscar, analizar, ver el espectro completo. Las cosas no son blancas o negras porque hay muchos matices de gris entre ellos. El relacionista debe entender esto y trabajar para lograr la mejor visión de la situación. Deben buscar diferentes medios con diferentes visiones y puntos de vista para poder mirar las cosas desde todos los ángulos. No sé quede con uno solo. Lea de todo, analice y llegue a su conclusión. No repita como el papagayo. Hay que corroborar la información y buscar fuentes oficiales. Ahora cualquiera escribe cualquier cosa y dice que es un medio de comunicación y cuando se rasca un poquito es un medio de propaganda de algún partido. Esas cosas, se leen pero se filtran sabiendo cuál es su propósito, que para nada es informativo, sino propagandístico.

Algo sumamente importante es la redacción. Deben dominarla. El profesor de redacción, Dr. Luis López Nieves, nos decía: “Usted es lo que escribe”. Y para escribir bien, hay que leer mucho y variedad de publicaciones; desde las más académicas hasta las menos porque de todo se aprende. Si usted no redacta bien y no se entiende el mensaje, ¿cómo va a llevar la información o la idea de manera clara y entendible para el público?

También que busquen hacer práctica desde que están estudiando o si se decidieron por la profesión. De los libros se aprende, pero también de la práctica. No hay mejor manera de conocer la profesión que practicándola, pero para hacerlo de manera efectiva, búsquese un mentor y/o hacer práctica con alguna organización sin fines de lucro o en la misma universidad. 

Y para terminar, involúcrese en organizaciones relacionadas a la profesión, como la ARPR, por ejemplo. Participe en actividades, entable relaciones con profesionales del campo y busque colaborar con alguna causa. Eso, le ayudará mucho, le confirmará si esta es la profesión que desea ejercer y hará que sea conocido por los colegas relacionistas. 

Me resta decir que mientras más pasa en el tiempo más clara estoy de las bondades de esta profesión y de que tomé la decisión correcta cuando decidí estudiar relaciones públicas y ejercerlas. Con el pasar de los años sigo viendo la gran importancia de la profesión. También de la gran responsabilidad que tenemos como estrategas de la comunicación y el efecto de nuestro trabajo en la sociedad y, más que todo, siempre buscando el bien común. 



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