Un estudio publicado a finales del 2011 por el Annenberg Center de la Universidad del Sur de California, pronosticó la muerte del periódico para el 2016. El director del Centro, Jeffrey Cole, señaló entonces: "La circulación del periódico en papel continúa en picada, y creemos que los únicos periódicos en papel que sobrevivirán están en los extremos del medio: los más grandes y los más pequeños." Es un pronóstico que han venido repitiendo expertos en comunicación de masas, con variantes de fecha, desde hace por lo menos un década.
Sin embargo en Puerto Rico, cuando todas las señales apuntaban hacia el mismo desenlace, surgieron casi simultáneamente, en octubre de 2012, dos nuevos diarios en papel: Indice y Metro. Ambos se distribuyen gratuitamente en la calle y utilizan un lenguaje breve que apela a lectores de la generación de Internet. Subsisten con ellos El Nuevo Día, Primera Hora, El Vocero, el semanario Caribbean Business y al menos siete semanarios regionales.
Este acontecimiento resulta aún más sorprendente si tomamos en cuenta que el 47% del consumo de Internet en Puerto Rico se da a través de teléfonos celulares inteligentes y el 17% vía tabletas, cifras mayores que en mercados como Estados Unidos, México y Brasil, según reveló recientemente Osvaldo Pavéz Shlog, director regional digital para Latinoamérica de McCann Universal, en un almuerzo de la Asociación de Ejecutivos de Ventas y Mercadeo (SME, por sus siglas en inglés).
¿Por qué susbsiste el periódico en papel en Puerto Rico? Una de las razones es el cambio en la composición demográfica del país, particularmente el aumento en el número de personas de la tercera edad. Las cifras del Censo del 2010 revelan que el 14.5% de la población de la Isla tiene 65 años o más.
Según explicó el Dr. Jorge Duany en una columna publicada en El Nuevo Día, esta cifra duplica el promedio para Latinoamérica y el Caribe (7%) y es incluso ligeramente mayor que en Estados Unidos (13%). Esta generación continuará con el papel porque es lo que conoce y, en su mayoría, no tiene interés alguno de enterarse por las noticias a través de un punto-com.
Por otro lado, los puertorriqueños que siguen emigrando de Puerto Rico, 19,000 de ellos tan sólo en el 2011, según el diario Primera Hora, son en su mayoría jóvenes en edad productiva y los más inclinados a adoptar las nuevas tecnologías. Entre los que quedamos, veremos a los que se aferran al papel, los más jóvenes y "techies" que permanecerán hipnotizados por sus celulares y tabletas, y los que oscilamos entre los dos mundos.
Otro aliado del papel es cultural: nuestra tendencia natural al inmovilismo en todos los aspectos de nuestra vida colectiva. No nos gusta el cambio. Por eso el dicho de "mejor malo conocido que bueno por conocer" y todas las demás sentencias que nos endilgan desde niños para seguir con la corriente y no cuestionar lo que existe. El cambio llegará, pero mucho más tarde de lo que esperamos.