El rol de relacionista profesional es vital para que la imagen del cliente salga fortalecida luego de utilizar un teleprompter.
Por: Luis José Juarbe, J.D.*
Últimamente, el teleprompter ha generado un gran debate sobre la legitimidad de su uso por parte de políticos y algunos, como el ex aspirante a la Presidencia de Estados Unidos, Rick Santorum, han propuesto prohibir el uso del teleprompters en campañas políticas.
El Presidente de Estados Unidos Barack Obama lo utiliza constantemente y se distingue por utilizarlo magistralmente. Sin embargo, es muy criticado por su uso, y se le acusa de falta de autenticidad en su discurso y de ser incapaz de hablar sin teleprompter. En México, el Presidente Electo Enrique Peña Nieto también ha sido objeto de fuertes críticas y burlas en este ámbito, especialmente por haber leído el discurso durante la ceremonia de aceptación de la candidatura presidencial, valiéndose de esta herramienta.
Incidentes como éstos, han “puesto de moda” al teleprompter, a pesar de ser un equipo utilizado por políticos, ejecutivos y presentadores de televisión, en todo el mundo, desde la década del ’50, cuando fue inventado por Fred Barton, Jr., Hubert Schlafly e Irving Berlin Kahn.
Como relacionistas públicos profesionales tenemos la responsabilidad de velar porque nuestros clientes proyecten una imagen positiva. A continuación, algunas recomendaciones de cómo utilizar adecuadamente este poderoso y efectivo instrumento a la hora de leer un discurso, noticia o texto publicitario para una audiencia y lograr que fortalezca la imagen de quien lo utiliza.
- Reconocer que el teleprompter es precisamente un equipo de apoyo y no debe ser utilizado para leer textualmente.
- Prepararse adecuadamente. El orador debe familiarizarse con el tema del mensaje y leer con anticipación el mismo. Antes del evento, debe ensayar utilizando el equipo, para corregir cualquier error y asegurarse de que los cristales y monitores tengan el ángulo y la altura correctos.
- El operador es fundamental. Parece fácil operar un teleprompter, y podemos llegar a pensar que cualquiera que pueda utilizar una computadora puede hacerlo, pero operar este aparato requiere sentido común, precisión, conocimiento de redacción y capacidad de resolver problemas inmediatamente. Además, la discreción, por parte del operador, ayudará a que el orador se sienta cómodo (especialmente cuando se trata de personalidades), y se establezca una buena química entre ambos, para que el proceso fluya naturalmente y sin ningún problema.
- Contar con una computadora de respaldo o “backup” y cristales adicionales. Por tratarse de un equipo computadorizado y frágil, los problemas técnicos pueden ocurrir en cualquier momento y es necesario resolverlos de manera inmediata, para evitar poner en ridículo a la persona que está ofreciendo su mensaje, especialmente cuando se trata de eventos en vivo.
- Tener una copia impresa del mensaje en el podio. Esto ayudará grandemente a que el mensaje continúe sin interrupción, en caso de que ocurra una falla técnica del equipo o un fallo en la electricidad.
Usar un teleprompter puede ser una experiencia muy gratificante y sencilla, que ayudará grandemente a reforzar positivamente la imagen de un orador, si se pone empeño y dedicación para lograr la excelencia.
* El autor es relacionista profesional y Presidente de Ai-Ris, casa productora y empresa que se dedica a la venta y alquiler de equipos de teleprompters. www.airispr.com, Twitter: @Airis_Media, facebook.com/AirisMedia.