Al día de hoy hay 120 blogueros y 160 periodistas presos en el mundo por ejercer la libertad de expresión. Con ese dramático dato comenzó su presentación anoche
Andrés Cañizález en el foro
"Los blogs: ¿Tierra de nadie o semilleros de libertades?" patrocinado por el
Centro para la Libertad de Prensa de Puerto Rico.
"Los blogueros son personas que no se asumen como periodistas, pero eso también se está penalizando en muchos países", dijo Cañizález, quien además de ser investigador de la
Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, Venezuela, es corresponsal de
Reporteros sin Fronteras.
En su análisis del fenómeno de los blogs, Cañizález destacó los siguientes impactos:
La irrupción ciudadana en el mundo del periodismo y de la comunicación masiva. La historia de los grandes medios de comunicación en el siglo XX estuvo fundamentada en la constitución de pequeños grupos que tenían el poder del saber y se organizaron en grupos empresariales. La labor periodística estaba circunscrita a un grupo de gente que tenía unas cualidades particulares para comunicarse con el resto del mundo.
Hoy, los blogs más populares no son escritos por periodistas. Ya no es una condición previa el ejercicio del periodismo o una formación profesional en dicho campo. "Eso que se llama periodismo cívico o periodismo ciudadano, habla de un cambio importante que apunta a la idea de que la comunicación no es un campo cerrado para unos sabios, sino que está al alcance de todos", comentó Cañizález.
La construcción de una nueva esfera pública. Con estos nuevos mecanismos de comunicación, una cantidad de personas salen de su entorno privado para generar una discusión pública. Coexisten con los medios tradicionales, pero cada vez más, especialmente en países autoritarios, son los blogs y los "twiteros" los que comunican lo que acontece en dichos lugares.
La multiplicación de medios de comunicación es sinónimo de más democracia. El hecho de que muchas personas puedan exponer ante el público sus puntos de vista sin que un periódico o un gobierno decida lo que es bueno o lo que es malo, es sinónimo de democracia. Hay personas que cuestionan que esta libertad también saca a relucir el lado oscuro de la sociedad (pornografía, delitos de naturaleza sexual) pero tenemos que aprender a coexistir con ello, apuntó el investigador.
La proliferación de los blogs también acarrea una serie de riesgos:
La banalización de la esfera pública. Cuando se mira las estadísticas de visitas en Internet la gente busca contenidos más banales (deportes, farándula, el blog del artista X) que políticos. "Esa banalización podría terminar opacando algunos aspectos significativos de como esta nueva esfera pública puede contribuir a una discusión democrática", señaló.
La saturación informativa. Esta plataforma digital que no tiene límites en materia de colocar información, vídeos, etc., puede provocar una saturación en la cual las personas --por más opciones que tengan a la hora de navegar-- pueden terminar recurriendo a las fuentes tradicionales para obtener un mínimo de credibilidad.
La alta tasa de mortandad de los blogs. Hay muchos blogs que se crearon un día, se actualizaron un segundo día "y quedaron allí como un muerto sin entierro". Eso es una característica de los blogs: solamente el 10% sobrevive o se mantiene de forma activa. Los restantes se crean en un momento por tener una presencia, pero sin un compromiso de continuidad en la generación de contenidos.
La exclusión social digital. En América Latina el acceso a la Internet ha crecido de forma importante, pero todavía está limitado a personas que tengan ciertas condiciones económicas, educación y acceso a servicios telefónicos. El otro desafío es tener acceso a líneas de alta velocidad. "Este es un asunto importante que amerita esfuerzos significativos de los gobiernos, la academia y la empresa privada para democratizar el acceso a la Internet en nuestras sociedades de América Latina", dijo Cañizález.
El conferenciante concluyó su presentación con una reflexión sobre los blogs como "la nueva frontera para la censura". Citó como ejemplos el caso de Nay Phone Latt, un joven de Birmania, quien ha recibido la condena más severa por haber creado un blog, 20 años de cárcel, y el de la bloguera cubana
Yoani Sánchez, quien ha recibido importantes premios internacionales como el Premio Ortega y Gasset de 2008, pero no así la autorización del gobierno cubano para recibirlos.
China, por otro lado, tiene el récord de ser la mayor cárcel de blogueros en el mundo. Prácticamente la mitad de los 120 blogueros presos están en dicho país. Otros casos emblemáticos son los de Bielorusia, Vietnam e Irán.